¿Qué puedo yo esperar?

Entre 1985 y 1990, tuve la posibilidad de realizar una actividad que la encuadro en el Voluntariado, ya que me sumé a la asistencia de ancianos en un Hogar llamado San José, en un lugar del Gran Buenos Aires. La mayoría de las personas eran no videntes, postrados, otros con movilidad, con algunas alteraciones de todo tipo que no viene al caso detallar.

Me encontré con personas lúcidas que vivían ahí, entre ellas médicos, cantantes líricos, pianistas de alto nivel, pero, la mayoría personas desamparadas, olvidadas, quizás porque ya no eran útiles al sistema, etc.

¿En qué me sirvió esa experiencia?

-A comprobar el deterioro de la persona con el paso de los años

-A enfrentarme con mi propia existencia limitada

-A no sentirme tan omnipotente con mis actitudes: ¨a que todo lo puedo¨

-A aceptar mis errores, dudas y no creer que siempre uno tiene respuestas para todos y para toda situación de la vida.

-A cuestionarme más y no ser omnipotente ante el error de los demás

-A enfrentarme con mi propia muerte todos los días y la de los seres queridos por mi limitado corazón. Y si hablo de ella es porque amo y respeto a la VIDA

-A descubrir que la vida es un don de Dios, que hay que cuidar como las rosas de mi jardín y los tomates de mi ocasional huerta y que habrá que devolver cuando el Tata así lo disponga.

-A valorizar el conocimiento integral, el estudio personal, la lectura.

-A darle sentido a las cosas, a la existencia y a las relaciones humanas.

-A pedir disculpas si uno ofende a otra persona

-A dar respuestas que incluyan el sí, el no y el no sé.

-A respetar las decisiones del otro me gusten o no. Por que tienen libertad interior y no corresponde que se las atropelle, con descargas emocionales inmaduras.

Paciente lector, no te encuentras con una persona diez, intachable y perfecta. Te encontrás con alguien que se permite reelaborar criterios de pensamiento y de acción, deseando ayudar a los que vienen atrás, sin imponerles nada a nadie, como también lo hicieron por mí seres muy queridos a mi existencia. Sólo me interesa estimular la capacidad de reflexión en mi persona y en los demás. Creo que es una clave de para ver los aciertos y desaciertos, comenzando por quien escribe.

Para finalizar, paciente lector, deseo compartir algunas reflexiones:

Sólo vemos en nosotros lo que queremos ver. Necesitamos limpiar constantemente los cristales de nuestros anteojos para que podamos ver con claridad lo que hay realmente en nosotros y quiénes somos verdaderamente. No somos inmortales.

Es mucho más lo que se aprende y se recibe cuando se ayuda al necesitado. Y necesitados somos todos de una escucha atenta, de una mirada afectiva y sincera, de dialogar sin retar a nadie.

Creo que la tarea de nuestra sociedad es humanizarnos más. Es decir, revalorar la condición humana, tal cual somos sin máscaras y armaduras inútiles. Razón por la cual, estamos convocados a la tarea, si así lo decidimos. Recordemos que nuestros jóvenes están pidiendo a gritos cambios positivos. ¡Adelante nunca es tarde!

Gracias por estar! Jorge Alberto Herrera

1 Comment to “¿Qué puedo yo esperar?”

  1. By ester, 6 marzo 2009 @ 14:07

    Muy bueno, quien te quita las duras experiencias vividas!!, y si las experiencias duras o crudas o fuertes, o como quieras llamarlas, y me refiero a todo tipo de situaciones difíciles, no sirven para crecer, cambiar, mejorar, escuchar, compartir, enriquecer, superar, comprender, amar, entonces para que sirven???.Ester

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