¿…IMPONER O EDUCAR…?
En 1969 estalla la llamada ¨guerra del fútbol¨entre Honduras y El Salvador, dejando un saldo de 4000 muertos.
En realidad, el conflicto tenía raíces mucho más profundas. El Salvador, con 21.041 km2 de superficie, contaba con más de 3 millones de habitantes, mientras, que Honduras, de 112.088 km2, tenía entonces, 2,5 millones. Ambos países basaban su economía en la
producción de frutas tropicales, que iba perdiendo importancia a partir de la década de 1950.
La alta densidad demográfica de El Salvador, unida a una grave crisis económica obligó a miles de campesinos salvadoreños a buscar mejor suerte en los países vecinos, en especial Honduras.
La masiva inmigración, mucha veces ilegal, contribuyó a abaratar la mano de obra en Honduras y fue mal recibida por este país. Ambas naciones con lazos culturales, históricos muy estrechos, se padecían una terrible pobreza, sus tierras estaban en manos de pocas familias y sus economías eran dirigidas por empresas estadounidenses.
A fines de la década del 60, Honduras decidió erradicar a miles de inmigrantes salvadoreños y su ejército destruyó los miserables ranchos donde habitaban. En junio de ese año las selecciones de los dos países se enfrentaron para las eliminatorias del Mundial de México 70. Primero ganó Honduras y después El Salvador, realizándose un tercer partido en el que triunfaron los salvadoreños.
Las agresiones entre los hinchas derivaron en la guerra y los viejos aviones de ambos países ametrallaron y bombardearon a las aldeas fronterizas. Duró el enfrentamiento cien horas dejando como saldo 4 mil muertos, personas en su mayoría indefensos.
Les comparto, paciente lector, ¿qué nos pasa a los seres humanos que llegamos a las respuestas violentas, para mantener diferentes formas de poder?
Cada vez que la palabra se aleja…, aparece la actitud violenta. La mejor manera de canalizar las emociones
hacia los vínculos, es expresándolas a través de las palabras sinceras…face a face…con respeto
La verdadera democracia, deseada para América latina, debe respetar a la persona, a la vida, que nos ha sido dada, para cuidarla, engrandecerla, hacerla crecer, hasta que la tengamos que devolver…
Aceptado este principio por gobernantes y gobernados, plasmarlo en la economía, política, en la cultura integral de los pueblos.
Cuando en una naciente democracia se hegemoniza el amiguismo en los negocios…
Cuando se debilita la división de poderes…
Cuando la mentira está entronizada…la democracia se desvaloriza y se orienta hacia un unicato…, con consecuencias nefastas de injusticias y violencia…
Es necesario volver hacia el valor de las instituciones, hacia la REPÚBLICA, como la desearon nuestros próceres…
GRACIAS POR ESTAR!!!!
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