…¨CUIDEMOS NUESTRO JARDÍN…¨

En pocas semanas, las rosas, los fresnos y el tilo de mi jardín me sorprendieron por sus brotes, sus colores…Es la fuerza de la VIDA, que fluye a cada instante, sin ruido, sin imposiciones, dándonos posibilidades para detener nuestro paso ligero, apresurado, casi sin rumbo de la rutina.

 Esta experiencia vivida, me recordó un trabajo leído de Enrique Mariscal, leído hace mucho tiempo, que sostiene que como las plantas, los humanos necesitamos cuidarnos, con prevención, asistencia y mucha valentía para SER PERSONA, con una dignidad que nos ha sido dada y no por nuestros méritos precisamente, que tenemos que cuidar y proteger frente a esta corriente relativista, que propone sutilmente el ocaso de de Dios. Considero que esta corriente nos está envolviendo casi melosamente, con mirada ingenua, seductora, haciéndonos creer que cuanto más se consume más somos como personas. Más tengo más persona soy.

 Paciente lector, te propongo, parar la pelota, y utilizar bien la vehemencia, con energía, ponernos límites en nuestra propia vida. Por falta de jardinería humana brotan malezas, reina el desorden, la falta de oxígeno, se vive en taperas, avanza el desierto cuando no en junglas asfixiantes, tanto en lo laboral como en las mejores familias.

 Sin imponer nada a nadie, respetando tu decisión interior, deberíamos aprender  el orden oculto que reina entre los vegetales, el ritmo de las estaciones, los ciclos de la vida humana, los tiempos de fecundidad, los latidos de la vida desde el inicio y no como ahora se busca imponer legalmente que la vida empieza más tarde (aborto) Estamos viviendo, según mi parecer, una transición en la historia, en la que se busca hacer desaparecer la existencia de Dios, con su ocaso.

 Recuperemos el valor de la VIDA que nos hace PERSONAS dignas. Que la misma vale por lo que es y no por lo que tiene o muestra. Buscar la propia identidad, ¿quién soy?, es la clave en la educación de nuestros jóvenes. Es la primera pregunta que nos lleva toda una vida en encontrar las respuestas.

 Por falta de maduración quedamos en frutos verdes, ya adultos recurrimos a médicos, terapeutas, consejeros, adivinos o magos suplicando alguna solución. No sabemos que hacer con nuestros yuyos, con nuestras plantas carnívoras, con el ego que nos consume día tras día, impidiéndonos descansar en paz.

 Me pregunto, entonces,  ¿regamos nuestra plantas?, ¿la cuidamos de las plagas?, ¿cuidamos los brotes nuevos y el tiempo del crecimiento?. Pero, ¿cómo había que hacerlo?, ¿Qué pretendemos?. ¡Vida no asumida, jardines regalados!. Estamos a tiempo de plantar nuestro manzano, te animás?

 Gracias por estar!!    Jorge Alberto Herrera.   Consultor en educación

RSS feed for comments on this post. TrackBack URI

Leave a Reply