Jorge Herrera en Línea

Don José y la historia. Descubriendo y compartiendo vivencias (1)(homenaje a mis padres)

El cabecita negra es un pajarito de varios colores. Se destaca, en su figura ágil y el negro carbón. No le gusta vivir solo, busca a su compañera para tomar su nido y ¨aquerenciarse¨. Despierta interés en la cría doméstica. por su fácil manejo, por su canto, por su belleza y porque, por otro lado, se puede cruzar muy bien con canarios domésticos. Su canto sirve de estimulante para otros pájaros; cuando el cabecita canta, todos a su alrededor, lo hacen. Vale la pena presenciar la escena  Pese a su aspecto grave, es un ave pacífica, que sólo se muestra agresiva en la defensa de su nido.

Desde el punto de vista político, el concepto de cabecita negra se le atribuyó peyorativamente al provinciano que emigraba a Buenos Aires en busca de trabajo.

Don José nació en 1905 en Córdoba, en Villa del Rosario, en una típica familia cristiana del interior del país. Al nacer, su madre fallece, quedando ya su camino marcado de lucha y de esperanza en su longeva vida, impregnándolo de un carácter enérgico y decidido. Quizás siempre esperando que lo quieran, que le demuestren su afecto, que lo descubran…

Creció y fortaleció su vocación de servicio cuando decidió estudiar magisterio con los Lasallanos. En el contexto de su Argentina su decisión implicaba un desafío pero como era su costumbre, Don José escuchó su corazón y aceptó el riesgo.

Mientras tanto, ¿Qué pasaba en la Argentina del siglo XIX?.

Según Juan Pedro Lumerman, estaba instalado el régimen denominado ¨Polis oligárquica¨, instalado en esa época en el continente latinoamericano, caracterizándose por la elevada concentración del poder económico y social, así como la retención de las palancas del poder político en manos de una élite plenamente consciente de que tal es su derecho.

Existía una estrecha interrelación entre los intereses británicos, el modelo agroexportador adoptado por la oligarquía y el rol del Estado puesta al servicio de esto. En la segunda presidencia de Roca (1898-1904) ya comienza a manifestarse como la oligarquía progresista se vuelve conservadora. Su sucesor, el mitrista Manuel Quintana, es una clara estampa de la clase dirigente. Abogado del Banco de Londres y América del Sur, quisquilloso liberal victoriano, llevaba consigo la contradicción que marcó a toda la élite dirigente de entonces: no poder aplicar el liberalismo a lo político.

¨Quintana fue por eso el hombre más representativo de aquella parte del patriciado argentino que, demócrata por las ideas, era aristócrata por los gustos, el temperamento y el modo de vida¨, dice, Lusarreta, 1949, citado por Lumerman

Fue un típico producto de la oligarquía, por su origen, fortuna, mentalidad, formación intelectual, hábitos e idiosincrasia, y encarnó su lealtad a la patria chica; desaprovechado para el país por no haber comprendido las necesidades de su desarrollo político y económico, se desdibuja para la historia argentina en sus perfiles de estadista, queda en la iconografía, en cambio, la imagen elegante de su figura consular, como queda en los diarios de sesiones la precisión de su lenguaje parlamentario, la agudeza de sus réplicas y la caballerosidad a la inglesa con que trató a los adversarios que consideró sus iguales, sostiene Sabsay, Fernando. La Sociedad argentina en busca de la voluntad popular.Pág.304-5

Según el liberalismo político de la elite dirigente argentina, el pueblo no estaba preparado para ejercer sus derechos políticos; y así fundamentaba racionalmente la superioridad de las familias tradicionales por su indiscutible aptitud para regir el destino de la República. Pero el mismo dinamismo del proceso económico en áreas cada vez más amplias de la economía local, así como el crecimiento de las principales ciudades, daban lugar a la formación de incipentes capas medias y, simultáneamente, de los primeros grupos obreros organizados.

Acompañando el cuadro de grandes transformaciones, que se aceleraron más y más al comenzar el siglo, los nuevos sectores sociales emergentes de este crecimiento van a pujar por su participación en las estructuras políticas de decisión que eran entonces monopolizadas por la oligarquía. Los hijos de los inmigrantes echaban raíces en estas tierras, y así se unían con los sectores nativos en este reclamo.

La organización política de estas inquietudes, que no habían contado con canales de expresión hasta entonces, se galvanizarán con la prédica del Radicalismo, que se convierte en la crítica más profunda al régimen de fraude político vigente hasta entonces y paralelamente, marchando por un carril diferente, iba tomando cuerpo en el país un incipiente movimiento obrero.

La existencia de condiciones sociales degradantes para los extranjeros que se vuelcan a las primeras tareas en la naciente industria hizo crecer la solidaridad entre los trabajadores para buscar soluciones a la falta de vivienda, salario y ocupación.

En 1904, el Ministerio del Interior encarga al catalán Juan Bialet Massé la redacción de un informe sobre el estado de la clase obrera en el interior del país, acerca de su realidad laboral y social ante el malestar de las mismas. En dicho informe se expresa que uno de los errores más trascendentes en que han incurrido los hombres de gobierno de la República Argentina, ha sido preocuparse exclusivamente de atraer el capital extranjero, rodearlo de toda especie de franquicias, privilegios y garantías, y de traer inmigración ultramarina, sin fijarse sino en el número, y no en su calidad, su raza, su aptitud y adaptación, menospreciando al capital criollo y descuidando al trabajador nativo, que es insuperable en el medio.

¨La rutina que lleva a todos los hombres de una comarca a emprender todos los mismos cultivos, las mismas industrias, son el efecto más inmediato de los malos sistemas de enseñanza; de esos métodos que quiebran el carácter, y enseñan a pensar con cabeza ajena, atando toda iniciativa propia, en vez de desarrollar y alentar las propias cualidades; de ahí salen esos agricultores que siembran trigo y maíz, planta caña o viña por la sola y única razón de que al vecino le ha ido bien¨ (…) ¨No hay porque ocuparse de nada más, ni de estudiar suelo, semillas, plantas, enfermedades y degeneraciones; de eso se debe ocupar el gobierno, encargado de proteger la producción y de pensar por todos y para todos ¨. ¨Esto lo oye el, lo lee y lo ve todos los días el criollo, y lo que es peor, como lo he hecho notar en muchos capítulos de este informe, cuando en verdad es superior en calidad y fuerza, se le paga menos por su trabajo porque es criollo¨. ¨(…) Hay, pues, que elevar ese sentimiento, dignificar al criollo, crearle el alto precio de sí mismo, para que aprecie y respete a los que vienen¨ (…) Y no me cabe la menor duda: la mejor propaganda, el mejor llamado para el extranjero, es el bienestar del hijo del país¨ ( Informe Bialet Massé. Pág. 421a 424)

¿Por qué esta Nación, que tiene tantos e incomparables medios de riqueza, no daría al mundo el ejemplo de la mejor legislación obrera?, se preuntaba Bialet Massé

¿Cómo era el nuevo siglo XX?

Para Sabsay, en la Capital Federal ¨l´art nouveau¨invade los frentes de todas las calles céntricas y elegantes; la Avenida de Mayo es un emporio a la europea; se practican deportes ingleses: rugby, foot-ball, criquet, tenis y algunos otros europeos o asiáticos, como el ciclismo, el atletismo, la esgrima, el polo, etc…Ya hay carreras de automóviles… Es el progreso que supimos conseguir. Es evidente, cualquiera puede apreciarlo, sobre todo si se vive a 20 cuadros a la redonda de la intersección de la Avenida Callao con Santa Fe; o en los alrededores de la plaza principal de cualquier ciudad del interior. Por eso, el fin del siglo se festeja ruidosamente, marcando la culminación de la ¨belle époque¨

Así es realmente para los creadores de la Nueva Argentina y para muchos que ignoran a la otra Argentina, a la que pudo ser y aún está tratando de ser. También el recrudecimiento del malestar social, reflejado en huelgas y manifestaciones, es característicos en los años 1904 y 1905. La represión policial es severa y se aplica la ley de residencia. Sin duda, la revolución radical de enero de 1905 figura como hecho saliente, no como obra de gobierno de Quintana, sino como petición revolucionaria hacia un cambio democrático. Fracasó la intentona.

Pasaron los años, Don José se casó en 1930, en plena crisis económica, política y social, con Doña Luisa Laura Renaudeau, hija de vascos franceses y juntos formaron una familia de nueve hijos, desafiando las dificultades y apostando a la esperanza, mirando hacia adelante en la Argentina que poco a poco integraba a la clase media con más trabajo. Don José, seguramente a la sombra de un álamo en esas tardes de verano en Unquillo, saboreando un mate amargo con peperina, de esos que te invitan a compartir, sigue pensando en su país, en su tierra que está cambiando identidad por copia implantada desde el desarraigo. Tal vez, sea necesario comenzar a reflexionar la Argentina desde la cultura, es decir, sobre la manera de pensar, sentir y actuar de los argentinos; partiendo desde la educación como su expresión viva, latente.

En 1912, Juan älvarez decía que la enseñanza primaria, ¨si bien enseña a leer, escribir y contar, no crea ni afirma suficientemente el sentimiento de la solidaridad entre los argentinos¨. Para la escuela secundaria vale hoy la queja de Paul Groussac: ¨Y es, sin embargo, esta hora suprema la que algunos eligen para ensalzar la educación utilitaria que nos han traído donde estamos…¨(Citado por Farrel, Gerardo. Argentina como Cultura. BsAs, Docencia 1988). También ese gran universitario y reformista que fue Alejandro Korn llegó a afirmar en 1932: ¨La Universidad ha fracasado porque no ha sabido darle unidad espiritual al conjunto heterógeneo de sus integrantes. Frente a los intereses de la enseñanza técnica, debió cuidar los intererses de la cultura nacional¨.

Pensar la Argentina desde la Cultura, es ir rastreando sus huellas como el rastreador sigue las huellas de un animal y logra distinguirlas de entre miles, conoce si va despacio o ligero, suelto o tirado, cargado o no. Alcanza a ver, descubrir lo que a otros le es imperceptible. La conciencia del saber que posee le da ¨cierta dignidad reservada y misteriosa¨, dice Sarmiento. Facundo.

Por otra parte, es necesario que la historia se abarque integralmente: todas las épocas y todos los personajes, y sin prejuicios. Esta auténtica integridad histórica es lo que necesita ahora nuestro país, y los tiempos han madurado para ello.

Sería positivo consolidar un estilo de estudio histórico de la cultura, partiendo de las expresiones populares. Dado que la cultura es lo que hoy protagoniza el pueblo, con esa riqueza de sentimientos que le viene del pasado y con toda la búsqueda de nuevos valores que una sociedad viva expresa tambíén en ella. Pues, la ¨identidad cultural es un concepto dinámico y crítico¨, dice Farrell.

Esta concepción nos tiene que ayudar a crear espacios de reflexión para que agreguen ética a la actividad que cada uno tiene y por el otro lado, conciencia a la ciencia que desarrollan los profesionales, de manera que la vida social en todos sus sectores no pierda de vista su fin fundamental, su fin humanista, su servicio al hombre concreto, con sus dramas y con sus verdaderas necesidades.

En fin, se trata de ver la realidad tal cual es y asumirla, aún desde la pequeñez humana para que se pueda redimir, desde el descubrimiento de la vocación personal. Es un servicio de humanización pero a la vez humanizándose en ese servicio.

Muchos creen que la Argentina ya se hizo; que vivimos con altibajos, pero, que lo esencial es recuperar esa Argentina ya hecha. Otros piensan que la Argentina es solo futuro; que lo que fue hay que borrarlo y casi empezar de nuevo. Esta última actitud es propia de la modernización noreuropea, insertada en la Argentina durante el fin del siglo XIX, y que consideró había que desconocer totalmente el pasado.

Y vos, paciente lector, qué piensas? Animate a reflexionar, ya que uno a la larga va a actuar como piensa, como decía el Doctor René Favaloro.

Jorge Alberto Herrera