A Fuego lento
Entré hace 40 años al mundo del trabajo adulto, con la especialidad en educación, convencido en ayudar a la formación de los jóvenes. Fue un proceso lento de aprendizaje para mi.
¿Por qué? Pues, no pude alcanzar madurez profesional hasta que no empecé un proceso de maduración personal como persona. Y digo así porque no está concluido. ¿Se comprende?
El primero que tuvo que aprender fui yo, conociéndome más como persona, quiero decir, mis debilidades, limitaciones y capacidades. Algunas de las primeras corren tras mío para alcanzarme, pero, aprendí a no dejarme atrapar, les llevo una delantera. Pero, no tengo que abandonarme y ser constante.
Se puede inferir que una de las claves en la formación integral de la persona es EDUCAR la voluntad, a canalizar las emociones, encontrando palabras para expresarlas. Este proceso personal lleva su decisión y tiempo.
Educar no consiste en lograr efectos instantáneos, momentáneos y pasajeros.
EDUCAR es constancia, perseverancia. Es crear el ambiente propicio, diría la atmósfera necesaria, las condiciones básicas, para que una persona pueda descubrir en su interior, que es posible darle sentido a su existencia, por más dificultades y problemas que atraviese. Estimulando las capacidades del sujeto que aprende, sea cual sea su condición social, etc.
Educar es estimular permanentemente vida plena y positiva. Es sembrar siempre y aprender a esperar sin impaciencia que el sujeto que aprende haga su propio ¨insight¨ (discernir), aunque el educador no lo vea y no lo crea.
Les cuento, me he encontrado con exalumnos ya señores y sorprenderme con las respuestas: ¨Sabe que he madurado como persona, asenté cabeza¨
EDUCAR es también, dejar que el proceso de aprendizaje siga su curso, sin la ansiedad del docente, del padre/madre, que expresan: ¿por qué no aprendés?…
Educar es aprender a reconocer cuando uno en algo se equivoca y puede mejorar.
Doy un ejemplo sencillo: riego mis plantas, pero, por más abundante que sea, la vida tiene su propio tiempo. Corro el riesgo de ahogarla. Todo tiene su fuego lento de realización, es un proceso de gestación, tiempo de espera, tiempo de encuentro, tiempo de perdón, tiempo de internalizar. El tiempo es el presente. ¿Qué hacemos con él?
Estimado lector, te animás a realizar un ejercicio práctico?. Puedes escuchar de una persona que te exprese temas que no te agradan?. En ese caso que hacés?
Etimológicamente, la palabra educación procede del latín educare, que significa ¨criar¨, ¨nutrir¨, o ¨alimentar¨¨ y de exducere, que equivale a ¨sacar¨, ¨llevar¨, o ¨conducir desde adentro hacia fuera¨. La educación compromete a los dos aspectos: el de dentro de la persona (autoeducación) y el de afuera (heteroeducación). Son aspectos complementarios.
Termino compartiendo un pensamiento de la Madre Teresa de Calcuta: ¨Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano, debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí¨
Jorge Alberto Herrera: educador contemporáneo
2 Comments to “A Fuego lento”
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By SILVIA, 11 julio 2009 @ 18:54
HOLA JORGE, COINCIDO EN PENSAR QUE EL HOMBRE NO EDUCA SI NO SE EDUCA, Y EDUCARSE, CONOCERSE, ES SIEMPRE ADENTRARSE EN EL INTERIOR DE CADA UNO. NO SE PUEDE SER EDUCADOR SIENDO UNA PERSONA ABATIDA, NO SE PUEDE EDUCAR SI NO TENEMOS ESPERANZA. ES IMPORTANTE ESTA POSIBILIDAD DE ENTABLAR UN DIÁLOGO QUE NOS PERMITA PROFUNDIZAR NUESTRA TAREA EDUCATIVA. HASTA PRONTO.SILVIA
By JP, 15 julio 2009 @ 0:44
Muy bueno!
No lo había leído!
Te digo, el ejercicio práctico es muy complicado, sin embargo, creo que es un ejercicio para prácticar durante toda la vida.
Ánimo y alegría!