El mensaje del CÓNDOR MARTÍN…
En el sur de la provincia de Bs As, a orillas del Río Colorado, frente al pueblo de Villa Luro, se encuentra el Fortín Mercedes, verdadero Museo Regional y Misionero.
Sin duda, nació con el propósito de ser una conjunción del aporte de los nativos de la Patagonia y los inmigrantes que a partir de la educación y la evangelización, lograron desarrollar aún más sus capacidades. Es digno de destacar el aporte de los salesianos a la historia de la Patagonia
Pero, lo que me ha llamado la atención, es que a partir de un boletín salesiano, leer la historia del cóndor Martín, breve relato de la existencia de este animal símbolo para nuestra vida, que transcribo.
El cóndor Martín se encuentra embalsamado en la primera sala de la recorrida y representa mucho para la historia del Fortín Mercedes.
Siendo un pichón, en 1923, el Padre Brizzola lo trajo aquí desde la zona de Trelew, pasando a ser una de las mascotas de los jóvenes pupilos. Cuando los chicos jugaban al fútbol, él se posaba en el travesaño y los observaba. Lo mismo en las ventanas de algunas aulas durante las horas de estudio o como compañía en los frecuentes paseos al mar: siempre estaba cerca, aportando una presencia tan imponente, como simpática e inofensiva.
Jamás le cortaron las alas y sin embargo aquí se quedaba. A veces, emprendía largos vuelos en los que su gigantesca figura terminaba siendo apenas un punto en el cielo.
Y sin embargo, volvía siempre. Este era su hogar y aquí estaban sus amigos.
Pero, ocurrió algo tan doloroso, como vergonzoso e incomprensible: algunos ¨graciosos¨ de las inmediaciones, aprovechándose de la docilidad y sociabilidad del animal, comenzaron a suministrarle bebidas alcohólicas, como diversión.
Ver al cóndor mareado y tambaleante por la borrachera, parece que le causaba gracia. Semejante chiste terminó que el cóndor se volviese agresivo a consecuencia del alcohol, incluso impredecible e intratable.
En prevención de males mayores, en 1931 se decidió sacrificarlo. La tristeza por la forzada partida de Martín duró por varias jornadas.
Para atenuar su ausencia y, de paso, recordar para siempre que cerca del bien suele situarse el mal, el padre Brea, lo embalsamó como para que perdurará en el tiempo.
Además, del valor natural que supone poder mostrar en toda su dimensión un magnífico ejemplar del ave voladora más grande del planeta, la presencia de Martín en el museo procura tener un mensaje relacionado con la importancia de los grandes ideales. Ha habido personas extraordinarias a partir del simple hecho de lograr ¨vivir bien¨la vida diaria.
Ese era el concepto de santidad que enseñó Don Bosco a Domingo Savio:
¨SER SANTO NO ES HACER COSAS FUERA DE LO COMÚN, SINO HACER BIEN LAS COSAS DE TODOS LOS DÍAS¨
El cóndor es el ave que vuela más alto que ninguna otra. Y desde ahí arriba, tiene una magnífica e integral visión del mundo
Martín con su presencia, quiere recordar esto a los visitantes: SE PUEDE SER UNA PERSONA COMÚN PERO NO POR ESO, HAY QUE DEJAR DE LADO A LOS GRANDES IDEALES.
Y esto es posible si se logra vivir con coherencia hacia un ideal, las cosas de todos los días
En el museo, como en la vida, hay muchas pequeñeces atractivas, que pueden llamar la atención y hasta distraer.
Nuestro cóndor es una invitación a recordar que siempre es bueno mantener otra perspectiva.
¡GRACIAS POR ESTAR!.
Transcripción: Jorge Alberto Herrera: educador contemporáneo
2 Comments to “El mensaje del CÓNDOR MARTÍN…”
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By Eduardo, 31 marzo 2013 @ 22:29
Que linda Historia .!!!
By Jorge Herrera, 16 abril 2013 @ 23:51
Gracias!!, y aliento a seguir buscando claves para mejorar la vida de cada uno…, desde una vida sana…Abrazo