…BENJAMIN OESTEBOE…para pensar…

 

En el momento en que se realizaba un homenaje a las 77 víctimas del ataque del extremista de ultraderecha, un sobreviviente solicitó evitar el odio y defendió una sociedad multicultural.

Con sus 16 años, el sobreviviente de la matanza de UTOYA (Noruega), IVAR BENJAMIN OESTEBOE, le escribió una carta al asesino: …¨Has fracasado. Nosotros no responderemos al mal con el mal como tu querrías.Combatimos el mal con el bien y venceremos…¨Muchos están enfadados, eres el hombre más odiado de Noruega. Yo no estoy enfadado. No tengo miedo de ti. No nos puedes alcanzar, somos más grande que tú…¨

Deseo compartir algunas reflexiones:

Vivimos en una sociedad adormecida en la práctica de los valores que hacen crecer a la persona. Ante una situación diferente, la reacción pasa del enojo a la destrucción del otro; la mirada se empaña de ira y de violencia.  El otro es un rival, un obstáculo, a quien es necesario correr de la escena cotidiana. Miles de ejemplos se viven a diario en todo el mundo…y también, en nuestra Patria…

Las burlas en los colegios desde los más pequeños a los más grandes es una realidad cotidiana.(bullying); la no aceptación de la persona en el grupo de pares, lleva al rechazo y a la pérdida de la autoestima, originando rótulos: ¨vos no sabés¨, ¨callate si vos sos un pobre¨, ¨claro vos tenés dinero¨, etc.

Creo, que es posible mejorar y cambiar el clima de hostilidad por otro clima de paz. Para lo cual, hace falta una educación para la paz. Paz entendida como la tranquilidad en el orden establecido por su divino Fundador y que los hombres debemos construir. La paz no es la ausencia de conflictos, ni el equilibrio de fuerzas adversarias. La paz es fruto de la justicia y el respeto a la persona.

Nos ilumina la Constitución Gaudium et Spes: …¨Es de suma urgencia proceder a una renovación en la educación de la mentalidad y a una nueva orientación en la opinión pública. Los que se entregan a la tarea de la educación, principalmente de la juventud, o forman la opinión pública, tengan como gravísima obligación la preocupación de formar las mentes de todos en nuevos sentimientos pacíficos…¨

La tarea nos convoca a encarnar los valores en la historia concreta cotidiana que nos toca vivir y adquirir el discernimiento necesario para la lectura personal de la realidad. Estos son dos ejes posibles de trabajo  que nos invitan a construir una sociedad en paz.  En  síntesis, despertar un compromiso real con la vida, en las alegrías y en el dolor, que asumido es sin dudarlo un aprendizaje de amor profundo y de entrega.  

Es allí que se tiene la posibilidad de aprender a que uno no es inmortal, a combatir el ego propio…Es fácil compartir la vida cuando todo va bien…, también, vale cuando se comparte el dolor de una enfermedad…, se ayuda con la palabra, con el simple estar…

Formar la conciencia moral en las personas, no para el cumplimiento de la ley por el cumplimiento mismo: ¨no es el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre¨.

Desde allí el hombre asume su ser responsable ante su propia vida, que le ha sido dada hasta que el creador se la solicite. De manera, que la tarea nos convoca a acercar a todos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos, a descubrir el sentido de la vida, a la experiencia de una vida vivible, sana y solidaria.

Los valores de la persona se expresan en la cultura de una nación, de un pueblo, de ahí que es básico, a mi entender, el reconocimiento de la dignidad humana, más allá de las creencias religiosas, regímenes políticos y de los niveles científico, técnico y económico.

Es una realidad, el hombre no puede comprenderse sin la referencia a los valores. Para finalizar, pacientes lectores, nadie puede atribuirse por ningún motivo arrebatarle la vida a ningún semejante. Me llegó mucho el testimonio y las reflexiones del adolescente noruego, haciéndome profundizar  en mi vida personal la lectura de aquel pasaje:

¿¨Qué mandamiento es el primero de todos?. Jesús le contestó: el primer mandamiento es: ¨Amarás al señor Tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con toda tus fuerzas¨, y después, ¨amarás a tu prójimo como a ti mismo¨.

Gracias por estar!!

 Jorge Alberto Herrera. Educador contemporáneo

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