EDUCAR ANTE LOS CONFLICTOS, ¿ES POSIBLE?
Partiendo de una mirada realista de la naturaleza humana, es correcto aceptar que aunque una persona viva sola ya existe un conflicto. Es lo que denomino la propia mochila, esa que no se ve a simple vista, pero existe. La propia historia personal, las frustraciones, las limitaciones, las capacidades potenciales no trabajadas, el narcisismo, etc. Ahora bien, pensemos en la convivencia con otras personas, llámase, esposo, esposa, hijos, parientes, amigos, compañeros…, seguro que el conflicto aparece casi sin llamarlo.
Afirmo, que pocas veces les dedicamos tiempo, a aprender a trabajar el conflicto, por lo menos, lo enmarco en las escuelas. Tema que considero de suma utilidad en la conservación del clima institucional, tan necesario de oxígeno, de luz y de mucha higiene en las relaciones interpersonales y acá no se trata de de que todos tenemos que ser amigos, pero, sí, de aprender a convivir y buscar formas creativas para la resolución pacífica de los conflictos, como sostiene la Lic. Julia Palmieri.
Hace unos años estuvimos con mi Sra Ester en Los Toldos, convento de los Benedictinos, viviendo varios días en el silencio reflexivo y un monje me acercó un material de lectura, el cual, revisando mis archivos, lo encontré y deseo compartir con todo aquel paciente lector/a, que esté buscando su espacio, su lugar, buscando encontrarlo con relaciones más humanas, más reflexivas, quizás, como este atrevido educador lo está buscando a través de su blog.
En relación con los conflictos lo primero a aprender y a aceptar es lo siguiente: yo también, consciente o inconsciente, soy causa de los mismos. Todos los conflictos humanos, tanto a nivel interpersonal o grupal, se mantienen por narcisismo (dependencia respecto a la imagen ideal de uno mismo): por no reconocer que el otro pueda tener razón y que yo no soy tan perfecto como creo y me gusta serlo.
Entonces, ¿vale la pena trabajar el conflicto en la escuela? Sí, estoy convencido que educar es ayudar al otro a identificarlo y aprender a buscar soluciones en forma pacífica.
Se define al conflicto como a la situación en la que individuos interdependientes expresan diferencias (manifiestas o latentes) en la satisfacción de sus necesidades e intereses y experimentan interferencias en la obtención de sus objetivos. Los conflictos latentes casi siempre se relacionan con las necesidades personales o deseos básicos relacionados con el ¨sí mismo¨y la autoestima a saber:
- Respeto por parte de otros
- Libertad para tomar decisiones y expresar ideas
- Reconocimiento social y profesional
- Posibilidades de amistades
- Ser considerado honesto
Los conflictos son una magnífica oportunidad para:
- Conocer los propios límites y ajustar el yo ideal a la realidad
- Superar el ¨narcisismo¨ de identificar el yo real con la autoimagen
- Valorar el yo real y crecer en autoestima
- Comprender a los otros desde su historia y contexto de vida
- Mejorar la capacidad de comunicación
¿Te animás a realizar una experiencia de autorreflexión?
Reservarse un tiempo de tranquilidad y reflexión. Elegir alguna situación relevante. Una decisión importante, un conflicto no resuelto, un tema que preocupa, y descubrir qué mecanismos se despliegan cuando lo pensamos.
Por ejemplo:
- ¿Intento encontrar respuestas rápidamente?
- ¿Soy capaz de pensar con varias posibilidades de interpretación acerca de un hecho?
- Cuando creo entender una situación de una determinada manera, ¿acepto una opinión contraria de otra persona?
- ¿Consulto otras opiniones?
- ¿Acepto cambiar el rumbo, retroceder, retractarme, si compruebo que me he equivocado?
- ¿Me tomo tiempo par pensar y analizar o reacciono abruptamente, sin reflexionar?
Elabore respuestas cortas y concretas. Para finalizar estas reflexiones les comparto un pensamiento de un monje trapense Bernardo Olivera: Si deseas comunicar y comunicarte, procuremos hablar:
- Claramente: con verdad
- Humildemente: Sin absolutizar
- Prudentemente: con oportunidad
- Amablemente: sin interrumpir ni monopolizar
- Comprometidamente: sin temor
- Esencialmente. Con precisión
Vivir humanamente es vivir en situaciones incomprensibles con posibilidad de comprender, dice el monje. Es para reflexionar, ¡Qué profundidad!. El mundo sigue igual si no hay ganas de cambiar. Todo depende de las decisiones personales.
Gracias por estar!!
Jorge Alberto Herrera. Educador .Consultor en educación
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