Ser Padres

Cierta vez le preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido, aquel que ella más amaba. Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:

  • Es mi hijo el que está enfermo hasta que sane. El que partió hasta que vuelva
  • El que está cansado, hasta que descanse. El que está con hambre, hasta que se alimente.
  • El que está con sed, hasta que beba. El que está estudiando, hasta que aprenda. El que no trabaja hasta que consiga. El que se enamora hasta que se case.
  • El que prometió hasta que cumpla. El que debe hasta que pague. El que se fue hasta que vuelva. El que se enojó hasta que pueda plantear sus puntos de vista.

¿COMO SOMOS COMO PADRES?

  • Somos de las primeras generaciones de Padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores.
  • Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros.
  • Lo grave es que estamos lidiando con niños, adolescentes y jóvenes ¨más igualados¨, enérgicos.
  • Parece que en nuestro intento por ser padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.
  • Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.
  • Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten.
  • En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical para bien y para mal.
  • En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hjos se comportaban bien, obedecían a sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y eran buenos hijos a aquellos que eran formales y veneraban a sus padres.
  • Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosostros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque pocos los respeten.
  • Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir y que además, les patrocinen lo que necesiten para tal fin.
  • Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado.
  • Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos. Se ha dicho que los extremos se tocan y si el autoritarismo se ha dicho llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.
  • Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para donde van. Que le marcamos límites.
  • Si bien el autoritarismo aplasta. el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad y poder recuperar el lugar de padres orientadores.
  • Creo que recuperando el rol de padres volveremos a orientar a nuestros hijos, aún con los defectos y limitaciones que sin duda tenemos. Así evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni rumbo.

Recopilación  JAH

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